Mi afición por el Running nació por mis compis María y Adrián, solo hacía que oirles hablar de los entrenamientos y del equipo, pero yo acababa de salir de una operación de menisco y me moría por no poder hacer nada de deporte.
Hace un año, ya un poco recuperado, decidí probar poco a poco a ver si me llegaba a enganchar y ¡sorpresa! …. Se me metió directo en vena.
La primera vez que participé en una carrera, no sabía qué esperar, era una mezcla de miedo por lo nuevo, nervios porque todo saliese bien y ganas de disfrutar del ambiente y la experiencia . Los nervios hacían que el poco aire que hacía pareciera helador. Recuerdo cuando me ataba las zapatillas y aseguraba el dorsal, pensaba en los 10km que me esperaban en un circuito con subidas y bajadas, de tierra y asfalto, no sabía si podría acabarla.
La emoción era palpable en la línea de salida, con corredores de todas las edades, veteranos y noveles como yo, todos compartiendo el mismo nerviosismo. Cuando dieron la salida, mi corazón iba como si me hubiera tomado tres chutes de cafeína a la vez. Los primeros kilómetros fueron un desafío; correr entre tanta gente intentando no tropezar ni tirar a nadie por mi falta de experiencia, subidas empinadas que ponían a prueba mi resistencia. Era una sensación única, corriendo en asfalto y estar compitiendo contigo mismo entre tanta gente.
El verdadero desafío llegó a la mitad de la carrera, donde el camino se volvía más técnico y exigente, las rocas y las raíces eran obstáculos naturales que exigían las pocas fuerzas que me quedaban y toda mi concentración para no caerme. Justo ahí me di cuenta de lo que sería hacer una carrera de trail: no se trata solo de velocidad, sino de resistencia, estrategia y sobre todo, el respeto y el poder formar parte durante unas horas de la naturaleza.
A medida que me acercaba a la meta, el cansancio se me apoderaba así que era el momento de pensar en poder acabar la carrera y disfrutar de los ánimos de la gente y de vivir el momento. Cruzar la línea de meta fue un logro personal, una mezcla de alivio y euforia. Había conseguido superar mis límites, había disfrutado de una experiencia única con mis compañeros de Ubuntu Runners, que me acogieron y ayudaron a cada momento.
Esta fue la primera carrera y por supuesto no ha sido la última, cada una con sus propias historias, desafíos y descubrimientos, pero todas con la misma esencia: la aventura de correr y sobre todo disfrutar y superarte a tí mismo.
David Morales.
